Indudablemente en algún momento de nuestro andar en dos ruedas, todos hemos sentido, al menos una vez, que el todopoderoso nos llamaba a cuentas.
Dadas las condiciones de tráfico actual, y la antipatía de que gozamos los motociclistas mexicanos, es probable que si debamos encomendarnos a una entidad más elevada. El que les comparte estas líneas ignoraba por completo la existencia de una celebración motociclistica religiosa, bueno, que al menos nació con esa consigna.
En relación a lo anterior, les comparto dos textos NO PROPIOS, con la finalidad de ilustarles sobre este tema.
Y dice.......
LA VIRGEN DEL FAVOR
Mónica Livier Alcalá Gómez
Desde enero del año 1999, un grupo de motociclistas
que ha crecido con el tiempo, peregrinan, desde Guadalajara y distintos lugares
de la República, -e incluso de Estados Unidos y Canadá-, para encomendarse, dar
gracias u ofrecer una plegaria a la Nuestra Señora del Favor. Este año no fue
la excepción y los motoristas se dieron cita, el pasado 18 de enero, en
Hostotipaquillo, Jalisco.
La iniciativa surgió del señor José Magallanes
Zapata, oriundo de este poblado. A él se le ocurrió promover la devoción a la
Virgen el Favor por medio de los motociclistas: “Desde pequeño tuvo la ilusión
de tener una motocicleta, pero no tenía los medios, y cuando los tuvo ya no
tenía la edad para andar en moto. Por eso se le ocurrió que podía organizar un
encuentro de motociclistas –que era su ilusión- pero que al mismo tiempo fuera
una peregrinación de fe”, comenta el Señor Cura Sergio Herández Rosales,
párroco de esta comunidad.
Más tradición que fe
El párroco asegura que, con la misma disminución de
la asistencia que notó del año pasado a este –de 6 mil el año pasado a 5 mil
este año- también observó falta de piedad de parte de la mayoría de los
motociclistas asistentes: “La idea inicial era que el motociclista sintiera
como patrona a la Virgen del Favor y se consiguió ese objetivo con el correr de
los años. Lamentablemente, en la peregrinación de este año son muy pocos los
que con devoción peregrinaron y participaron de la Eucaristía de mediodía. En
su mayoría no vienen a visitar a la Virgen, sino por la costumbre de estar ahí
donde hay encuentros de motociclistas”.
El sacerdote asegura que muchos aprovechan para
hacer venta de artículos para las motocicletas, algunos más, sólo van al
festival cultural, o sólo para “el relajo”. “Este año hasta hubo venta de
cerveza, siendo que en anteriores ocasiones esto no ocurría. Esto dificulta
mucho la intención de este encuentro”.
Cabe resaltar sin embargo, el esfuerzo de los
menos: “Ellos vienen devotamente, incluso muchos traen medicinas, despensas,
juguetes para regalar a los niños. Por esas personas vale la pena mantener esta
tradición”.