En esta rodada visitamos el
Ejido Dos Ceibas, perteneciente al Municipio de Cunduacán.
Tomando la carretera que
conduce hacía el Municipio de Nacajuca, a unos 20 minutos de camino encontramos
el camino que conduce a Dos Ceibas.
Es impresionante como una vía sencilla y rústica puede proporcionar tantos matices y aspectos dignos de resaltarse, pues nuestro objetivo en esta ocasión fue más de fotografía que de recorrer kilómetros, y en ese lugar nuestra pretensión fue satisfecha.
Es impresionante como una vía sencilla y rústica puede proporcionar tantos matices y aspectos dignos de resaltarse, pues nuestro objetivo en esta ocasión fue más de fotografía que de recorrer kilómetros, y en ese lugar nuestra pretensión fue satisfecha.
José Manuel tomando fotos del amanecer |
Salimos de Villahermosa antes
del amanecer, con mucha precaución, pues las condiciones del camino que conduce
a la cabecera municipal arriba mencionada dejan mucho que desear.
En esa vía hay un túnel natural
formado por árboles que se ubican a los costados del camino, en lo personal me
gustan mucho este tipo de formación, y esta tiene de especial su longitud, no
la medí ni la conozco con exactitud, pero es extensa.
Era impensable no aprovechar
el cuadro natural que les comento, así que sacamos las cámaras y obtuvimos las
siguientes imágenes.
Más adelante nos topamos con
un vecino del lugar, gente amable de la localidad que nos permitió
fotografiarle dando mantenimiento a su herramienta de trabajo, una red de pesca
o tarraya para quienes habitamos en la zona. Dijo mi amigo José Manuel “cosas
como estas ya no se ven”, y tiene razón.
Seguimos nuestro recorrido
admirando el paisaje campirano y aprovechando a tomar buenas fotos, aquí la
muestra.
¿Qué sería de una rodada sin una anécdota chusca
que contar? Ahí les va la de está ocasión. Debido a la hora en que emprendimos
la aventura, a eso de las 9 el estómago empezó a reclamar “lo suyo”, hacía que
empezamos la búsqueda de alimento sin encontrar nada a nuestro paso, realmente
el lugar visitado es austero. Por lo anterior decidimos ir hasta los
establecimientos ubicados sobre la Vía Corta Cunduacán - Comalcalco. Primer
establecimiento, aún sin servicio, claro que de esto no nos enteramos a tiempo,
pensando que debíamos avanzar un poco más “nos pasamos” y nos detuvimos unos
100 metros adelante a comentar, que ya no buscaríamos más y que ahí comeríamos,
y aprobada la moción emprendimos el reversazo, se nos hizo fácil avanzar hacia
atrás por la orilla de la carretera, pues bien ¡no lo es! Realmente era notorio
nuestra nula condición física, pero el hambre era mayor y pesé a sentir que las
piernas nos reventaban llegamos al lugar. En donde nos informaron muy
amablemente que aún no tenía servicio, jajajajaja. Una vez recuperado el
aliento, nos montamos a los caballos de acero para llegar hasta el lugar donde nuestro
apetito fue satisfecho.