Leí este artículo que me pareció maravilloso, escrito por Mario Melgar el 09 de Abril de 2013 en el Excelsior.
Lo comparto porque aparte de recorrer el Estado de Tabasco y compartir mis vivencias, busco personas con intereses afines (en lo que no he tenido mucho éxito). Y haber encontrado su artículo me dió mucha alegría.
Como tengo nada que agregarle pues me parece perfecto de inicio a fin, lo comparto tal cual.
Aquí la liga para quienes quieran visualizar el original. http://www.excelsior.com.mx/opinion/mario-melgar
"Turismo por México, recuperar nuestros espacios
Este país tendrá que encontrar otras experiencias políticas y sociales, nacionales y globales para abatir tanta desigualdad.
Todo en México es Chiapas. El lema estuvo de moda hace años para
contrarrestar el éxito mediático del levantamiento zapatista. Ahora todo
en Chiapas parece global. La llegada de europeos a la selva para
conocer los misterios del mundo maya situaron a Chiapas en el mapamundi.
En Semana Santa recorrí, desde el DF, el territorio chiapaneco:
Palenque, Yaxchilán, la zona de la reserva de los Montes Azules, el
trayecto desde Las Nubes hasta Arriaga, visitando San Cristóbal, la zona
ganadera de Ocozocuautla (maravilloso Rancho Las Prietas) y Arriaga
para emprender hacia Oaxaca por el Istmo de Tehuantepec.
El viaje lo hice con 12 motociclistas amigas y amigos (Fox
dixit) que desafiaron las advertencias de no internarse en territorio
“zapatista”, ni asomarse a la zona del “conflicto”. Conmigo el número
del grupo era 13. A pesar de las cábalas, la mejor compañera de viaje
fue la suerte. Durante nueve días nos sentamos a la mesa 13 damas y
caballeros de acero, sin problema.
Seguimos una regla elemental del viajero en moto: conducir de día,
salvo una ocasión en que la lluvia y la niebla nos acompañaron desde
Palenque hasta la Frontera Corozal. Nadie nos asaltó ni encontramos
asaltados. Lo único real fue la niebla en la penumbra de la noche.
Encontramos sonrisas y amabilidad de integrantes de las etnias
chiapanecas, acostumbrados a recibir turistas, mayoritariamente
europeos. Algunos nos hablaban en inglés con acento maya, aunque también
en francés y alemán. Por la noche los changos nos enseñaron que no
solamente en las discotecas de la Condesa hay ruidos espeluznantes.
Algunas anécdotas serán memorables: en un modesto establecimiento
para refrescarnos, la mesera nos preguntó amablemente: “¿Qué van a
tomar? Sólo hay Pepsi. ¿La quieren fría o al tiempo? Sólo hay al
tiempo”. Donde fuimos nos ofrecieron queso (fonéticamente decían algo
como kezzo). En una gasolinera un jovencito despachador le dijo
asombrado a su pareja del servicio: “¿Ya viste esa moto roja? Es una
MultisRata, la mejor del mundo” (Se trataba de una Ducati Multistrada,
efectivamente rápida y versátil, perfecto diseño, nada que ver con una
rata).
Las motocicletas están de moda. México tiene el potencial para ser
uno de los mejores destinos moto-turísticos del mundo. La inseguridad de
las carreteras mexicanas llevó a motociclistas estadunidenses que antes
visitaban nuestro país, a visitar otros destinos, como Costa Rica,
Perú, Argentina y Chile en lugar de nuestras cordilleras insuperables.
El único trayecto mexicano que empresas globales como Edelweiss (http://www.edelweissbike.com) promueven es Baja California con trayecto de San Diego hasta Cabo San Lucas. Esta tarea será para Claudia Ruiz Massieu, inteligente secretaria de Turismo, que ha iniciado su gestión promisoriamente.
La cara que Chiapas muestra al mundo y a los visitantes es la de un
nuevo México. Las fuerzas armadas, Ejército Mexicano y Marina, Armada de
México hacen todavía frecuentes, abrumadoras revisiones. Los soldados
nos explicaron off the record que la zona es ciertamente de
conflicto y riesgo. Que a ello obedece su presencia. Es la zona de
trasiego de droga proveniente de Guatemala y de armas de Centroamérica.
Esto confirma la teoría opuesta a la creencia generalizada de que todas
la armas que utiliza el crimen organizado provienen de Estados Unidos.
La cara de Chiapas —con toda la pobreza y desigualdad dolorosa— es
prometedora. Chiapas recibió los beneficios de aquel programa:
“PROGRESA”. Hay progreso material y algo alentador es la conciencia
ecológica, que ya se nota en algo más que en la publicidad de las
bardas. Pueblos pequeños, pobres, alejados, pero limpios y dignos, con
esperanza.
Mientras calculaba la entrada y salida de centenares de curvas en las
carreteras vecinales, meditaba que esa región privilegiada de México en
cuanto a luz, agua, sol, alegría, cultura milenaria y atractivo del
mundo, no resolverá los ancestrales problemas solamente con el trabajo
del gobierno. Por más que se apliquen la aguerrida Rosario Robles
y su Secretaría de Desarrollo Social, además de las soluciones que el
gobierno ofrece, México tendrá que encontrar otras experiencias
políticas y sociales, nacionales y globales para generar un movimiento
efectivo de la sociedad en su conjunto para abatir tanta desigualdad y
miseria.
El viaje fue perfecto, bueno, casi perfecto. La garantía de BMW, la
marca de siete motocicletas alemanas y una italiana, la rebautizada
MultisRata, que nos trasladaron, fue insuficiente. Dos de las
motocicletas alemanas modelo F 800GS fallaban sincronizadas, al mismo
tiempo, a la misma hora, en el mismo lugar y con la misma gente. Las
fallas mecánicas de las supuestamente perfectas motos alemanas las
explica el representante en BMW en el DF por la mala calidad de las
gasolinas mexicanas. Solamente que otros modelos nunca fallaron. ¿Será?
Lo cierto es que los alemanes son perfectos hasta para descomponerse.
En cuanto a gasolinas este viaje mostró que algo deberá hacer Pemex
en esa región. En las carreteras de peaje existen gasolineras una tras
otra, al grado de que se anuncian en espectaculares: “cargue en la
segunda donde hay mejor servicio”.
¿Quién autorizó concesiones de gasolineras ubicadas a menos de 500
metros? En las carreteras libres de Chiapas no hay gasolineras en
centenares de kilómetros a la redonda.
La venta de gasolina es negocio de particulares que la ofrecen en
botecitos de cinco y diez litros. Algunos expendios la venden más cara
que en las gasolineras autorizadas, otras un peso más barato (nueve
pesos el litro), tal vez porque no se han enterado de aumentos
recientes. Pemex tiene en esto una buena labor para organizar a esos
comerciantes de pequeñas localidades que ofrecen un servicio fundamental
a los motoristas.
Viajar por México es una manera de recuperar los espacios que el
crimen arrebató a la sociedad en estos últimos y tenebrosos años del
tiempo perdido. Hacerlo en moto, además de acelerar la adrenalina y el
corazón, acerca a la verdadera realidad mexicana. El turismo será un
instrumento para recuperar nuestros espacios, nuestra confianza y
nuestra esperanza."