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Rodando por Tabasco

miércoles, 26 de junio de 2013

Rodando a Macuspana

Amanecer de mi tierra, como inspiras al amor, cuando el Sol besa la tierra

mi Tabasco es un primor.

Así dice la canción y ciertamente así es. En esta salida quise volver a experimentar algo que hace tiempo no hacía, porque no había necesidad; las distancias que recorro actualmente son muy cortas comparadas con las de antaño.


Pero en esta ocasión, me dije……,vamos a ver el amanecer en la carretera desde la moto, y no me arrepiento fue una gran sensación, no importa cuántas veces la repitas, siempre es especial. 

Checando la cámara, jeje
Unos ajustes y.......
¡Vámonos!
  Enfilé el rumbo hacia Agua Blanca, en Macuspana, pretendiendo estar ahí muy temprano y realizar una sesión fotográfica a mis anchas. Todo iba muy bien, a las 5:30 AM ya estaba en ruta, solo me detuve un momento en una gasolinera de la ciudad (a encomendarme a todos los santos, más vale), y continué mi camino. Faltaban 10 minutos para las seis de la mañana y yo ya estaba cruzando la caseta de cobro de esa carretera. 
Desviación a Gaviotas
Puente Gaviotas
Llegando a la autopista
Hotel Hilton
 Seré totalmente sincero, digo, para eso escribo aquí (de lo contrario sería político o algo por el estilo), antes de haber una claridad aceptable, lo único que experimenté fue……., ¿Cómo se llama eso cuando te tiemblan hasta los dientes? ¡Ha si! Temor y nervios, siiiiiiii, es la verdad, y es que pese a tener mis luces encendidas y funcionando perfectamente, no me quedaba claro si los demás automovilistas y sobre todo los camioneros, me notaban en el camino, y es que el estilo de manejo deja mucho que desear, realmente sientes que quieren sustituir el emblema de su parrilla con tu persona.

Pero en fin, toda vez que estoy redactando estas líneas se evidencia que no pasó nada que lamentar; y por fin empezaron a emanar los primeros destellos de luz, e inicio el espectáculo que deseaba ver.

Que dicha, que fortuna la de todos nosotros que podemos, si queremos, ver el show multicolor que solo el amanecer brinda, es casi indescriptible. Ya mucho más relajado, mis sentidos mis sentidos pudieron deleitarse además de con los colores como mencionaba, con los olores de la mañana. La frescura del campo me invadió completamente, en un punto del camino me detuve completamente solo a observar y sentir los aromas a mí alrededor, en verdad se los digo, háganlo.
Tonos entre violeta y azul, magnífico
Lloviznó un poco, así que olor a hierba era mucho más perceptible

El Sol finalmente hizo acto de presencia

Ok, ok, ok, continuamos. Les compartiré el penoso suceso a continuación, porque me ocurrió a pesar de no ser nuevo en esto de la rodada. Es bien sabido que un buen motociclista debe tener entre otras cosas, la costumbre de salir con su depósito de combustible bien abastecido. Para nosotros no deben existir los “volados” clásicos de, si me da, con esto es más que suficiente, etc, etc., ¡no lo hagan! Pues ese básico principio yo no lo cumplí y por ello me vi en la penosa necesidad de regresar antes de llegar a mi destino, la posición del indicador de combustible cambió de súbito, y lo suficiente de pronto ya no alcanzaba para volver.
Ups, no gas
Imaginen si tengo o no razón, y que necesidad, volví a la estación de servicio más cercana, ubicada en la entrada de Macuspana y no había servicio. Dicho lo anterior entré a la ciudad a abastecerme ahí, y ya que me había desviado reorganicé el recorrido para visitar Macuspana, a donde no me había dirigido. 
No service, go next station (indicaba amablemente este trabajador)

Aunque chico, es un lugar digno de ser visitado. Su malecón proporciona una excelente panorámica para quienes gustamos de la fotografía, y su parque central es en verdad pintoresco. Contando además con un restaurante frente a él, para disfrutar de un ameno desayuno o comida, sí, así es, puedes saludar a todos los lugareños mientras comes.








Recorrí su boulevard central muy bien custodiado, pues un policía me pidió “aventón” y la verdad no me pude negar, iba por mi rumbo. Después enfilé hacia el poblado de Belén, y disfrute mucho manejar por la calzada que lleva hasta ese destino.

Fue una visita corta, pero como toda salida en moto la disfruté mucho, y reaprendí mi lección sobre las precauciones inherentes al motociclismo.
Nos vemos en la próxima